¿Cuáles serán las tendencias clave en alimentación en 2020?
El consumo de alimentos ha experimentado cambios profundos en la última decada, lo que ha obligado a los principales agentes del sector a replantearse sus estrategias. En este contexto, con los cambios ambientales por un lado y los desafíos de la sociedad por el otro, ¿cómo se está adaptando la industria alimentaria a los nuevos hábitos de consumo y cuáles serán las principales tendencias en 2020.
Publicado el 27 enero 2020
Muchas plantas
Los productos vegetales van a seguir ocupando cada vez más espacio en las estanterías de los supermercados y apuntando a una base más amplia de consumidores. En lugar de dirigirse exclusivamente a los veganos (el 5% de la población), como solían ser, estos productos están dirigidos en primer lugar a los flexitaristas: las personas que buscan reducir (pero no eliminar) su consumo de leche-productos a base de huevos y carne por razones de salud o de impacto ambiental. Destacando el grado de importancia de este cambio, La Vache qui rit (grupo Bel) está haciendo la transición a las proteínas de origen vegetal, con una oferta híbrida que consta de proteínas animales y de planificación para desbordar los estantes este año.
Sin embargo, lo que una vez más despertará más apetito en 2020 son las alternativas vegetales a la carne. Después de la carne de vacuno, la empresa estadounidense Impossible Foods se centra ahora en el cerdo: la compañía presentó su producto «Impossible Pork» en el Consumer Electronics Show a principios de enero.
Como indicación del grado de entusiasmo por estos nuevos productos, los fabricantes de alternativas a la carne de origen vegetal están luchando para satisfacer la demanda en los Estados Unidos y tratando de asegurar los suministros para que puedan dejar su huella en este mercado, que, gracias a la llegada de los gigantes Nestlé y Tyson Foods, ahora se ha vuelto altamente competitivo.
Los consumidores seguirán estando a favor de los productos ecológicos y locales
Una tendencia subyacente desde hace varios años, el gusto de los consumidores por los productos orgánicos y locales y los hechos por los pequeños productores debe persistir, aunque el pool de crecimiento disponible es cada vez menor.
En Francia, según la Agence Bio, más de nueve de cada diez franceses dicen haber comido productos orgánicos, y casi tres cuartas partes dicen que lo hacen regularmente. Mientras tanto, el éxito de las asociaciones locales que vinculan a los consumidores con las pequeñas explotaciones agrícolas, y de las cooperativas como La Ruche qui dit Oui, no muestran signos de debilidad.
Si hay un sector donde la artesanía local ha estado cobrando impulso, es la cerveza. El movimiento de la cerveza artesanal – establecido desde hace mucho tiempo en los Estados Unidos – está creciendo constantemente en Francia, donde hay ahora más de 1.500 microcervecerías y el crecimiento es de dos dígitos. Decidido a no perderse, a finales del año pasado Heineken adquirió una participación minoritaria en la cervecería parisina Gallia.
Mens sana in corpore sano1
A medida que los consumidores se vuelven cada vez más conscientes de lo que comen, los comportamientos están cambiando: comer ya no se trata simplemente de poner comida en su estómago; también se trata de proteger su salud y cuidarse a sí mismo. Según una encuesta de Ipsos de febrero de 2019 sobre las percepciones de los alimentos, los franceses dicen que, en los últimos cinco años, han dado mayor importancia a la calidad de los alimentos que compran (83%) y su impacto en la salud (77%).
En este entorno, el mercado de productos saludables se está desarrollando bien, ya que los volúmenes de productos de consumo vendidos en los supermercados y los hipermercados disminuyen. Los productos «libres de» (que no contienen nitritos, antibióticos, pesticidas, etc.) están revitalizando algunas categorías de productos a medida que los consumidores están cada vez mejor informados. Estas tendencias de nicho se volverán más comunes, con el riesgo de que los compradores puedan terminar teniendo que elegir entre productos estándar más baratos o opciones más costosas más saludables.
Otra tendencia que va a crecer son los alimentos personalizados según las necesidades del consumidor, que consisten en productos funcionales comprados principalmente por sus características nutricionales, entre un alimento y un complemento alimenticio.
La transparencia y la trazabilidad en el centro de las preocupaciones
A medida que los consumidores son cada vez más conscientes de los efectos de lo que comen sobre la salud, se dispone de nuevas herramientas para ayudarles a estar mejor informados. Los fabricantes están empezando a sentir los efectos, y cada vez más actores toman medidas para eliminar ingredientes controvertidos o mejorar el perfil nutricional de sus productos. Por ejemplo, la cadena de supermercados Intermarché va a modificar las recetas de 900 productos de su propia marca para mejorar su puntuación en el Yuka, basándose en una lista de 140 aditivos a eliminar.
La trazabilidad es también una cuestión clave para ayudar a tranquilizar a los consumidores alarmados por los escándalos alimentarios. En este sentido, Carrefour se propone extender la cadena de bloqueo de los alimentos a sus 100 líneas de calidad para 2022: mediante el uso de su teléfono inteligente para escanear el código QR que aparece en una etiqueta, los consumidores podrán acceder a la información sobre el origen de un producto, el lugar donde se crió el ganado y cómo se elaboró el producto.
Por lo tanto, es poco probable que el año 2020 anuncie un cambio importante en los comportamientos alimentarios. Sin embargo, podemos esperar que se intensifiquen las tendencias observadas en los últimos años.
— Arnaud Rey, Estudios económicos en el Crédit Agricole, Ingeniero Consultor – Agri-Agro Innovation
Nota —
1. Healthy body, healthy mind