El mercado laboral ante el reto del envejecimiento
Publicado le 10 junio 2024
En un informe publicado ya en 20061, la OCDE señalaba el envejecimiento de la población como un reto y una oportunidad para el mercado laboral. Un reto porque incide negativamente en el nivel de población activa y, por tanto, en la oferta de mano de obra. También pone de relieve la baja tasa de actividad de las personas mayores comparado con el resto de la población. Pero el envejecimiento también puede ser una oportunidad, ya que puede reforzar el vínculo intergeneracional aumentando la participación en el empleo de las personas mayores. Como vimos en el segundo artículo de nuestra serie, el envejecimiento de la población es una tendencia mundial que afecta a la mayoría de los países desarrollados, pero en diversos grados, con especial exposición de Asia y Europa. En este breve documento abordamos todas estas cuestiones.
La disminución de la población activa ya se ha hecho evidente en muchos países.
Uno de los efectos del envejecimiento de la población es, en primer lugar, la ralentización del crecimiento y, a continuación, la disminución de la población de entre 15 y 64 años, que constituyen las personas en edad de trabajar según la definición de la OCDE. Y esta ya está disminuyendo en términos absolutos en muchos países desarrollados, sobre todo en Europa y China.
La OCDE estima que el envejecimiento acelerado de la población conllevará costes de ajuste para las empresas, que tendrán que gestionar salidas a gran escala de trabajadores de la generación de baby boomers, al tiempo que deberán contratar y formar a empleados a partir de una base de mano de obra cada vez más reducida.
Esto ya está provocando dificultades de contratación históricas en países que no habían sufrido este tipo de problemas desde hace varias décadas, y existe el riesgo de que se produzcan cuellos de botella en el mercado laboral.
Una de las cuestiones que se plantea es el impacto del envejecimiento en la tasa de desempleo. Los estudios coinciden en que es más difícil evaluar el impacto del envejecimiento de la población en la demanda de mano de obra de las empresas que en la oferta de mano de obra. Sin embargo, se acepta que el cambio demográfico beneficiará inicialmente a la tasa de empleo, ya que la demanda de mano de obra disminuirá más lentamente que la desaceleración de la población activa. Pero también entran en juego otros factores, como los cambios en la composición de la demanda o el uso de la tecnología.
Algunos sectores se verán más afectados que otros por los efectos del envejecimiento, debido a su pirámide de edad y a sus crecientes necesidades de empleo: la función pública en algunos países europeos, la salud y, de forma más general, el sector de la asistencia y los servicios locales, cuya demanda va a crecer. Estas dificultades de contratación deberían aumentar el poder de negociación de los empleados y obligar a las empresas a ofrecer salarios más elevados para contratarles, lo que podría incidir en la inflación. Sin embargo, ajustar los salarios demasiado rápido tendría un impacto negativo en la demanda de mano de obra.
La cuestión de la inclusión de las personas mayores en el mercado laboral
Aumentar la tasa de actividad de los grupos de mayor edad podría limitar el descenso de la población activa y aplazarlo en el tiempo. La tasa de actividad tiende a desplomarse con la edad. Según los datos de 2022, superaba el 75% para el grupo de edad de 15 a 64 años (la media de la OCDE), luego caía al 67% para el grupo de edad de 55 a 64 años y disminuía al 13% para el grupo de personas mayores de 64 años.
No obstante, la tasa de empleo de las personas de 55 a 64 años ha aumentado considerablemente en casi todos los países de la OCDE en los últimos 20 años, principalmente como consecuencia de las sucesivas reformas de los sistemas de pensiones. Ha pasado del 46% en 2000 al 67% en 2022, a un ritmo más rápido que el conjunto de las personas en edad de trabajar.
Hay otros factores que también han contribuido a aumentar la tasa de actividad de las personas mayores: el aumento de la esperanza de vida, el incremento de los niveles educativos, el refuerzo de la formación permanente con medidas dirigidas a las personas mayores y la mejora de las condiciones de trabajo de estas personas. Ahora parece más difícil seguir incrementando la tasa de participación de las personas mayores. Entre las posibilidades que se barajan, la OCDE recomienda combatir los obstáculos al empleo de las personas mayores, así como eliminar los factores que desincentivan el empleo (jubilación anticipada, exención de la búsqueda de empleo, etc.).
La compleja relación entre la productividad y el envejecimiento
La neurociencia2 demuestra que la capacidad cognitiva disminuye con la edad, pero que esto puede compensarse en parte con la experiencia y las estrategias compensatorias. Las capacidades físicas también disminuyen con la edad.
En un artículo publicado en 20223, el BCE enumeraba varios estudios sobre los vínculos entre el envejecimiento y la productividad laboral, que llegaban a conclusiones diferentes. Aunque en general se ha aceptado que existe una relación en forma de «U» invertida entre la edad y la productividad de los trabajadores, por la que la productividad tiende a aumentar hasta los 50-55 años y a disminuir a partir de entonces, estudios más recientes, sobre todo en Estados Unidos, cuestionan esta teoría.
Por tanto, parece difícil establecer un vínculo firme entre productividad y edad, ya que entran en juego muchos factores, como el sector de actividad, el puesto de trabajo, el nivel de formación, la motivación, el uso de la tecnología, etc. Además, como el nivel de formación es más elevado en las cohortes actuales de más edad que en las anteriores, el impacto del envejecimiento en la productividad debería ser menor que en el pasado. En segundo lugar, la edad a la que comienza el declive de la capacidad ha aumentado, probablemente como consecuencia de las mejoras en la salud de los mayores y de una mayor esperanza de vida. Por último, la formación de equipos con diversidad de edades tiende a favorecer la productividad, al igual que el suministro de equipos adecuados a la edad. Los estudios macroeconómicos demuestran que el envejecimiento tiene un impacto negativo en la productividad, pero desde un punto de vista cuantitativo (disminución de la mano de obra) y no cualitativo (disminución de la productividad con la edad).
La robotización puede ser una forma de mantener una productividad elevada
Una forma de superar la escasez de mano de obra es sustituirla por capital. Esto ocurría inicialmente en el caso del trabajo poco cualificado, pero ahora también está afectando a las tareas más cualificadas de la industria. El surgimiento de la inteligencia artificial (IA) podría acentuar esta tendencia, sobre todo en ciertas actividades de servicios en las que la robotización es actualmente solo marginal.
En su informe anual para 2023, la Federación Internacional de Robótica muestra que la robotización de las economías se ha acelerado en todo el mundo desde 2021, con la instalación de más de 500.000 nuevos robots industriales cada año y la previsión de un fuerte crecimiento para los próximos años.
La robotización no solo aumenta la productividad, sino que también mejora la seguridad y reduce la dureza de ciertas tareas (manipulación de cargas pesadas, automatización de tareas arduas y repetitivas, etc.). El sector de la automoción fue uno de los primeros en utilizar la robotización, pero la tendencia se está extendiendo ahora a muchos otros sectores industriales, como la electricidad y la electrónica, la metalurgia, los productos químicos y el procesado de alimentos.
La densidad de la robótica guarda una correlación muy positiva con el envejecimiento de la futura población activa. Asia concentra casi el 80% de las nuevas instalaciones, más de la mitad de ellas en China, seguida de Japón y Corea. El segundo mercado más importante es Europa, con casi 70.000 nuevas instalaciones en 2023, seguida de Estados Unidos (más de 56.000 unidades).
Los investigadores Daron Acemoglu y Pascual Restrepo4 han demostrado que los países más avanzados en el proceso de envejecimiento son también aquellos en los que la robotización está más desarrollada. Por ejemplo, hay muchos más robots por empleado en Japón, Alemania y Corea del Sur que en Estados Unidos. A partir de una muestra de 60 países, demuestran que los países que experimentan el cambio demográfico más rápido han invertido más en nuevas tecnologías de robotización y automatización. El factor «envejecimiento» explica por sí solo alrededor del 35% de las diferencias de inversión en robótica entre países, y alrededor del 20% de las diferencias de importación de robots entre países. También muestran que los países más envejecidos registran más patentes relacionadas con la automatización que otros países, mientras que no existe una relación similar para otros tipos de tecnología.
El envejecimiento de la población ya está teniendo un impacto significativo en el mercado laboral de muchas economías, y se prevé que aumente en los próximos años. Aunque sus consecuencias son a veces difíciles de medir, es evidente que está agravando la escasez de mano de obra en determinados sectores, y que la presión sobre los sistemas de pensiones ha provocado una convergencia de la tasa de actividad de las personas de 55 a 64 años hacia la del conjunto de la población activa. Por último, es un gran factor de motivación para apostar por la robotización en la industria, y la aparición de la IA permite prever una tendencia similar en los sectores de servicios que se prestan a ello.
1. Vivre et travailler plus longtemps, OCDE – 2006
2. Vieillissement de la population active : Vers une baisse de la productivité ? Sandrine Levasseur. Revue de l'OFCE 2015/6
3. The macroeconomic and fiscal impact of population ageing, ECB Occasional Paper Series N° 296, June 2022
4. Acemoglu D. et P. Restrepo, 2022, « Demographics and automation », Review of Economic Studies, Vol. 89(1), 1-44.