Inteligencia artificial: ¿efecto burbuja o tendencia a largo plazo?
¿Es la inteligencia artificial una burbuja? Un poco más de dos años después de la llegada impactante de la IA generativa a la escena mediática, no pasa una semana sin que un anuncio, una cifra o una inversión subrayen el potencial disruptivo de estas tecnologías. Y la trayectoria bursátil de Meta, Google o Microsoft debe mucho a sus inversiones masivas en IA.
Publicado el 21 marzo 2025

El entusiasmo es tal que algunos llegan a temer un efecto burbuja o a predecir un rápido agotamiento del interés, y de las inversiones, en el sector. Sin embargo, la IA tiene todo para no solo ser una revolución tecnológica, sino también ser la causa de un nuevo ciclo de innovación.
Inversiones concretas
De hecho, más allá de las especulaciones y las previsiones, las inversiones en IA son muy concretas. Entre 2013 y 2022, Estados Unidos ya ha invertido 248,9 mil millones de dólares en esta tecnología, China 95,1 mil millones y Francia 6,6 mil millones.
Otro ejemplo igualmente tangible, se estima que hay más de 250 nuevos centros de datos en funcionamiento en el mundo en el primer semestre de 2024. Esta tendencia debería continuar mientras que otros cien están en construcción.
Las inversiones en infraestructuras de IA – centros de datos, procesadores – no solo son la demostración del interés de los actores privados y públicos por la IA; también son la garantía de que estas tecnologías podrán desplegarse en los próximos años y ser adoptadas ampliamente. Sin estas infraestructuras, toda la cadena de valor de la IA – desde los facilitadores como las soluciones de gestión de bases de datos hasta los usuarios – corre el riesgo de ralentizarse.
Nueva ruptura tecnológica
Las inversiones en infraestructuras deberán continuar para acompañar el auge de la IA mientras se perfila una nueva ruptura tecnológica importante. Después de los modelos conversacionales y luego los modelos que integran capacidades de memoria y aprendizaje, esta ruptura promete dotar a la IA de capacidades de razonamiento.
Eso es lo que respecta a la oferta. En el lado de la demanda, el margen de progreso es igualmente importante. En este ámbito, casi todo está por hacer, especialmente porque las expectativas y las necesidades están claramente presentes, no solo para reactivar la productividad en Europa, que se estanca en un crecimiento anual promedio del +0,6 % durante el período 2008-2020 según la OCDE. La IA podría precisamente constituir ese palanca tan esperada para recuperar ganancias de productividad significativas.
IA y datos
Se estima, de hecho, que se crean 400 millones de terabytes de datos cada día, lo que equivale a casi 150 zettabytes en 2024. Una tendencia inscrita en el tiempo, ya que las estimaciones apuestan por 180 zettabytes de nuevos datos en 2025. No todos estos datos tienen la vocación de ser analizados. Pero cuando se habla de los datos generados por las empresas, estos tienen un valor "comercial" innegable. Sin embargo, entre el 60 % y el 73 % de ellos nunca son analizados. Un estudio de la consultora True Global Intelligence muestra que una mayoría de los decisores y profesionales de TI estima que más de la mitad de los datos de su empresa son "datos no explotados, no cualificados o no utilizados". La fuerza de la IA, ya sea analítica, predictiva o generativa, es poder analizar y procesar estos datos. Para las empresas, se trata de un imperativo estratégico para seguir siendo competitivas y un motor de innovación para reinventarse y responder a las necesidades cambiantes de su mercado. Sin embargo, este potencial aún está lejos de ser suficientemente explotado.
Adopción en curso
Más que sectores en particular, las soluciones que integran la IA van a hacer evolucionar la manera en que las empresas responden a desafíos comunes. Se prevén importantes ganancias en términos de productividad, ya sea en la demanda, en riesgos, en I+D, etc. Estas soluciones que integran la IA también deberían permitir mejorar la productividad gracias a una mejor eficiencia operativa así como a la automatización. Además, abren el camino a una mayor personalización de los servicios y productos, a una fluidificación de las relaciones con los clientes o a la optimización de la formación. Son tantos los ámbitos que conciernen a todas las empresas, independientemente de su sector de actividad.
La adopción de estas soluciones está respaldada por una creciente demanda por parte de los usuarios. Un estudio realizado por Ipsos y la CESI Escuela de Ingenieros en febrero de 2025 revela así que casi 9 de cada 10 franceses han oído hablar de la IA generativa, y que 4 de cada 10 la utilizan, principalmente en un ámbito privado. Esta adopción varía considerablemente según la edad: el 74 % de los 18-24 años la utilizan, frente al 55 % de los 25-34 años y solo el 17 % de los 60-75 años. Además, se observa un uso notable entre los altos directivos, con un 64 % de ellos que explotan estas herramientas. Una vez más, estamos lejos del efecto de saturación y, según una reciente encuesta de KPMG, la IA era una prioridad de inversión para una amplia mayoría de los directivos de empresas.
Todos los fundamentos están hoy presentes para hacer de la IA una gran tendencia a largo plazo: tecnologías que han alcanzado un grado de madurez sin haber agotado su potencial de desarrollo, aplicaciones transversales, una fuerte voluntad de adopción, inversiones ambiciosas pero necesarias. La IA está aquí para quedarse y para contribuir a un crecimiento sólido y rentable para todos.