Hidrógeno
¿Por qué el hidrógeno?
La emergencia climática va acompañada de firmes compromisos en todo el mundo para descarbonizar nuestras economías de aquí a 2050.
Para reducir las emisiones de carbono, no nos queda más remedio que limitar el uso de combustibles fósiles, una descarbonización que pasa necesariamente por la electrificación de la economía.
El hidrógeno parece ser uno de los elementos clave para contribuir a nuestros objetivos de descarbonización.
En la actualidad, el hidrógeno descarbonizado, es decir, generado a partir de energías renovables, es una solución que se está estudiando en todo el mundo.
De aquí al año 2050, podría contribuir a reducir las emisiones en sectores como la industria pesada y el transporte, en los que resulta difícil o demasiado costoso sustituir los combustibles fósiles por electricidad.
Para responder a la necesidad de electrificación de la economía, debemos encontrar una solución al siguiente problema: las energías renovables son intermitentes. La electricidad generada a partir de fuentes renovables no está necesariamente disponible cuando y donde se necesita.
Para superar este problema de intermitencia, la solución del hidrógeno como factor energético permite:
- almacenar y transportar electricidad renovable producida de forma intermitente;
- sustituir las fuentes de energía basadas en el carbono en sectores difíciles de descarbonizar.
Actualmente, invertir en el sector del hidrógeno constituye una forma de apoyar
- La concienciación mundial sobre el reto climático
- Los grandes avances e innovaciones en las tecnologías y componentes del hidrógeno
- La continua reducción de los costes de producción
- El sólido apoyo financiero de los agentes públicos y privados
Nuestro enfoque
Nuestra estrategia consiste en apoyar la transición hacia la producción y adopción del hidrógeno a gran escala
Para cubrir todos los aspectos de esta temática emergente, nuestro universo de inversión se aplica a toda la cadena de valor del hidrógeno, centrándose en cuatro dimensiones.
- El primer pilar, «producción de energías renovables», comprende los productores de electricidad renovable (solar, eólica terrestre, eólica marina) que suministran la electricidad que se empleará en la producción de hidrógeno.
- El segundo pilar, «tecnologías y componentes», pretende financiar a los agentes que desarrollan las tecnologías necesarias para producir hidrógeno libre de carbono a partir de la electrólisis del agua y de la electricidad renovable. En la fase de transición, debemos centrarnos en la descarbonización de la producción de hidrógeno mediante la captura de carbono.
- El tercer pilar, «producción, almacenamiento y distribución», se centra en los agentes del hidrógeno ya consolidados (productores de gas, fabricantes, agroquímicos, transportistas, etc.) que ya emplean hidrógeno con carbono y necesitan desarrollar sus modelos de negocio para cumplir los objetivos de descarbonización.
- Por último, el cuarto pilar, «usuarios finales», se desarrollará gradualmente a medida que se reduzca el coste del hidrógeno y se desarrollen soluciones de transporte
Nuestra estrategia de inversión adopta un enfoque responsable, al excluir a las empresas con peor historial o que afrontan controversias ASG.
Además, nuestra estrategia aspira a lograr una intensidad de carbono mejor que la de su universo de inversión. Esto se debe a que las empresas activas en estos ámbitos tienen tradicionalmente una elevada intensidad de carbono (sectores de actividad y suministros públicos). Trabajando sobre las emisiones de estos actores, podremos reducir sustancialmente la intensidad de carbono de la actividad económica de aquí a 2050.
Los principales riesgos relacionados con esta estrategia son los riesgos de pérdida del capital, renta variable, tipos, crédito y cambio. Conviene referirse a la documentación jurídica de la IIC para obtener información detallada acerca de su perfil de riesgo.