Soberanía europea

Una temática para ayudar a Europa a reforzar su autonomía estratégica y beneficiarse de los numerosos planes de apoyo a escala europea.

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¿Por qué la soberanía europea?

Acontecimientos recientes como las crisis sanitaria y energética, resultantes en parte de tensiones geopolíticas, etc., han puesto en evidencia las debilidades estratégicas de Europa y su fuerte dependencia exterior en muchos ámbitos críticos.

Así, durante la pandemia mundial, las cadenas de suministro europeas se vieron afectadas de manera importante, debido a las restricciones a la importación de productos intermedios. Dichos restricciones fueron muy diversas: desde los principios activos necesarios para fabricar medicamentos hasta los chips electrónicos

Dada su fuerte dependencia energética con el exterior, Europa también se ha visto muy afectada por la reciente crisis energética, con precios récord del gas y la electricidad.

Europa ha hecho del refuerzo de su autonomía estratégica una gran prioridad en su agenda política, con un gran número de planes de apoyo financiero, todavía incipientes.

El Pacto Verde de la UE, el plan REPpowerEU, la Ley de ciberresiliencia, la Ley de chips de la UE, etc. son solo algunos de los planes de gasto adoptados a escala europea para financiar la construcción de una Europa más autónoma, generando a la vez nuevas oportunidades de mercado. Para lograr este ambicioso objetivo, también hay que movilizar el capital privado y dirigirlo hacia los sectores estratégicos de Europa.

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Invertir en el futuro de Europa

Nuestro enfoque

La estrategia tiene como objetivo contribuir a la construcción de una Europa más resiliente, tratando al mismo tiempo beneficiarse de las oportunidades de mercado relacionadas con la temática.

Para lograrlo, su universo de inversión se articula en torno a cuatro pilares, cada uno de los cuales desempeña un papel fundamental en la construcción de una Europa más autónoma

  • Industria: producción, digital, energía
  • Alimentación
  • Salud
  • Defensa

Para ser incluidas en este universo, las empresas deben tener su sede social en un Estado miembro de la Unión Europea o en otro país que forme parte del Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo (EEE). 

Además, la estrategia incluye un enfoque sostenible mediante criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG).

Los principales riesgos relacionados con esta estrategia son los riesgos de pérdida del capital, renta variable, tipos, deuda corporativa y cambio. Conviene referirse a la documentación jurídica de la IIC para obtener información detallada acerca de su perfil de riesgo.